2014 06 06
Un día dejé de ir a los bares
con encanto que en su día fueron
mis rincones de descanso y poesía.
Dejé de ver a la gente de la calle
y abracé con ilusión ciudades dormitorios
dónde es tan difícil leer el puto periódico...
Dejé atrás la cañita diaria
rodeado de risas y amigos impersonales,
por una rutina de pesas, spinning y
otras memeces por el estilo...
Un día entendí, organizando mis papeles,
que todo había sido por ti.
No me había engullido la madurez
o eclipsado la galopante crisis;
sólo eras tú, inaguantable... insufrible
con tus bohemios entretenimientos de mierda,
tus escapadas a un más allá
demasiado alejado de las calles...
Mis cicatrices -hoy que me miro al espejo-
me recuerdan por qué te dejé.
¡No sabías el significado de la palabra tranquilidad!
¡Si, por eso te dejé!
Un motivo de abandono incontestable.
ResponderEliminarPues lo hecho de menos guille, de ahí retomar un blog, o dos!!
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